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En un contexto en el que la agenda política y mediática ha tenido al gobierno y al presidente bajo cuestionamientos diversos, sus números de aprobación en la opinión pública se mantienen básicamente estables a principios de octubre. ¿Se puede afirmar que el “caso Astesiano” no tuvo efectos significativos en la imagen presidencial? Con los datos actuales sí, pero se trata de un evento en proceso
Luego de dos años convulsionados por la pandemia, el esquema de los principales problemas percibidos por los uruguayos comienza a estabilizarse, aunque con algunos cambios. Crecen las menciones a la inseguridad, y permanecen las referencias a la situación económica y el desempleo. Se normalizan parcialmente las referencias a la inflación, y comienza a emerger preocupación por la educación.
Los uruguayos sienten que el sistema debe ser reformado, pero la mitad de la población no se siente informada sobre la propuesta concreta planteada por el gobierno. En este contexto el clima actual de opinión está dividido (con saldo negativo), y con una parte importante del público sin tomar aún posiciones decisivas.
Al llegar a la mitad de su mandato Lacalle Pou mantiene un saldo positivo de evaluación entre los uruguayos. Casi la mitad de la población aprueba su trabajo, y un tercio lo desaprueba. Los juicios muestran una razonable estabilidad en el último año.
El presidente Lacalle Pou y el ex presidente José Mujica son los dos líderes que más simpatías reciben de la población uruguaya.